Suplementación de yodo durante el embarazo, guía práctica

La ingesta adecuada de yodo durante el embarazo es imprescindible para la síntesis de hormonas tiroideas maternas y un adecuado desarrollo neurológico del feto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial, la deficiencia de yodo es la causa prevenible más importante de daño cerebral. España se incluye entre los países yodosuficientes, sin embargo los estudios realizados en la población gestante muestran que la situación nutricional de yodo a partir de la yoduria está por debajo del rango recomendado durante el embarazo.

Nos deberíamos plantear revisar las evidencias sobre la suplementación de yodo en el embarazo y lactancia en España. Los estudios, revisiones sistemáticas y las diferentes sociedades científicas avalan la suplementación con comprimidos durante la gestación y la lactancia.

El yodo es un micronutriente fundamental para el organismo que debe administrarse diariamente a través de la alimentación. Su función es imprescindible para la formación de las hormonas tiroideas, que a su vez actúan sobre los distintos órganos y sistemas del organismo, en especial para el desarrollo del sistema nervioso central desde las etapas más tempranas del desarrollo embrionario y fetal. El feto, en la primera mitad de la gestación, depende totalmente de las hormonas tiroideas de la madre. A partir de la semana 20 de gestación, la glándula tiroides fetal es funcionalmente activa, pero requiere del yodo de procedencia materna para la producción normal de sus hormonas tiroideas, así como para proteger el cerebro en desarrollo hasta el nacimiento.

¿CUANTO YODO SE DEBE CONSUMIR EN EL EMBARAZO?

En gestantes, tres raciones de leche o derivados lácteos y 2 g de sal yodada cubren alrededor del 100% de las necesidades de yodo y en madres lactantes el 90%. A ello hay que añadir otras fuentes de yodo que proporcionan el resto de alimentos de la dieta, como el pescado.

Las leches y derivados lácteos con denominación de «ecológicos» no están suplementados con yodo, puesto que las vacas que producen esta leche no se alimentan con piensos suplementados. Por tanto, la suplementación farmacológica de yodo durante la gestación y la lactancia solo estaría indicada en mujeres con hábitos de alimentación que supongan alto riesgo de ingesta insuficiente de yodo o que presenten riesgo de desarrollar disfunción tiroidea en estas etapas.

Con una diferencia de poco más de seis meses, se han encontrado con recomendaciones muy diferentes en relación con una medida que afecta a una proporción importante de la población. Esto ha generado confusión e incertidumbre en la práctica a seguir en cuanto a la suplementación de yodo a la mujer gestante o en periodo de lactancia.

Actualmente, con los estudios disponibles, no se puede determinar si la suplementación con yodo durante la gestación y la lactancia tiene beneficios para los niños. Se están realizando dos ensayos clínicos en áreas de deficiencia leve o moderada de yodo que tienen previsto incluir la evolución de los niños. Esta información será fundamental para establecer los beneficios reales de la suplementación prenatal.
La suplementación rutinaria de yodo en la gestación no está exenta de riesgos. El límite superior que puede considerarse seguro en la gestación no está establecido, ya que el tiroides fetal es vulnerable al exceso de yodo24. Se han descrito casos de hipotiroidismo congénito en recién nacidos hijos de madres que habían tenido una ingesta de yodo excesiva durante la gestación.
A la vista de la información referida anteriormente, parece que la suplementación de yodo durante la gestación y lactancia no está exenta de riesgos, pero tampoco se pueden determinar los riesgos exactos solo con los datos de los que disponemos.

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