Aunque la OMS, recomienda como mínimo 6 horas de sueño. Los neurólogos, especialistas que actualmente tratan estas patologías, nos recomiendan que durmamos entre 6 y 8 horas, ya que, con menos horas al cerebro “no le da tiempo” a resetearse y estar al 100% a la mañana siguiente.
Dormir lo suficiente es fundamental para la salud y bienestar. Si duermes 8 horas diarias, la memoria mejora, el sistema inmune se fortalece, la presión sanguínea baja, la inflamación en el cuerpo se reduce, la concentración y capacidad mental mejora, y tendrás más energía y mejor humor.
Activa el sistema glinfático
El cerebro se limpia de toxinas a través del sistema glinfático (es similar al sistema linfático). Las células gliales, las encargadas de esta función solo trabajan durante el sueño profundo.
Gracias a la limpieza que realizan en el cerebro se pueden eliminar algunas proteínas asociadas al Alzhéimer.
Previene la depresión y el riesgo cardíaco.
Al dormir bien, el cuerpo segrega melatonina y serotonina, que son también llamadas las hormonas de la felicidad y el bienestar. Con esto el cuerpo y la mente están en armonía, estás más tranquilo, contento y te sientes con energía.
Pero, si no duermes de forma adecuada el equilibrio hormonal se rompe. El cortisol (la hormona del estrés) toma importancia.
Esto no solo afecta tus emociones, atención y memoria, también afecta a tus órganos, en especial al corazón. El cortisol provoca elevación de la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, elevando el riesgo cardiovascular.
Fortalece el sistema inmunológico
Tener una buena rutina de sueño te ayuda a prevenir gripes, catarros y enfermedades infecciosas. Dormir bien mantiene a tu sistema inmune activo contra las infecciones.