¿Qué es?
Hablamos de disbiosis intestinal para referirnos a un desequilibrio persistente de la flora intestinal, la cual es cada vez más común en nuestra sociedad.
En nuestro cuerpo habitan unos 100 millones de bacterias de más de 300 especies distintas. Y todas ellas son imprescindibles para un correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Estos microorganismos se encuentran en el trato vaginal, cavidad oral, la piel, y el gastrointestinal. En el tubo digestivo es donde podemos encontrar el 95% de las bacterias, las cuales cumplen las siguientes funciones:
• Conseguir una optima absorción de nutrientes.
• Desempeña la función de barrera protectora de la mucosa intestinal.
• Nos previene de infecciones.
Los malos hábitos en la dieta, una enfermedad autoinmune, una ingesta pobre en fibra, el estrés, son claros ejemplos de las causas que pueden originar un desequilibrio y por tanto, una disbiosis intestinal.
Una correcta pauta alimentaria junto con un estilo de vida saludable, pueden ser las bases para poder hacer frente y frenar una futura disbiosis intestinal.
¿ Cómo puede alterar nuestra salud?
Una microbiota intestinal modificada puede hacer que nuestro sistema inmunitario esté más débil. Esto puede hacer que nuestro organismo produzca menos cantidad de ácidos graso de cadena corta de los necesarios y que su papel contra la prevención de patologías crónicas se vea mermada, incidiendo sobremanera en el cáncer colorrectal.
Por consiguiente, nuestra salud metabólica se puede ver dañada. Y con ellos incidir en un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas.
La dsibiosis está detrás de la enfermedad de Crohn, la diabetes, la celiaquía, alergias, pudiendo llegar a estar relacionado con la hipertensión, la psoriasis, o el incluso el Alzheimer.
Síntomas
Los siguientes son la batería de síntomas que se pueden relacionar con la disbiosis intestinal:
• Distensión abdominal
• Diarrea y estreñimiento.
• Digestiones pesadas
• Ansiedad
• Migrañas
• Tendencia a las alergias alimentarias
• Debilidad
• Irritaciones cutáneas.
• Mala absorción.
Si padeces varios de estos síntomas, sin que puedas asociarlos a nada en particular, lo mejor es consultases con tu médico.
Diagnóstico y tratamiento.
En el momento en el que tu flora intestinal pasa por un estado de disbiosis se quema y pierde gran parte de las bacterias y otros microorganismos beneficiosos, convirtiéndose en flora intestinal dañada.
Para generarla después de que se altere por una causa externa (por ejemplo, después de un tratamiento con antibióticos) o interna ( debido a un estreñimiento) puede ayudarte, el incluir en tu alimentación:
• Un mínimo de 10 tipos diferentes de hortalizas, verduras y frutas por semana: los alimentos de origen vegetal (en el caso de los cereales mejor si son integrales) son el alimento favorito de tu flora intestinal.
Escoge aquellas fibras con efecto prebiótico, que se encuentran en alimentos como los puerros, la cebolla, etc.
Una forma sencilla de llegar a las necesidades óptimas que necesitan tus bacterias para funcionar es consumir prebióticos en forma de complementos alimenticios. Introdúcelos de forma paulatina para evitar que te generen gases y malestar digestivo.
Alimentos ricos en antioxidantes como la vitamina A,C y E, selenio y quercetina.
• Vitamina A, la podemos conseguir a través de alimentos de origen animal (pescado y productos lácteos) y en forma de carotenos en las frutas y hortalizas de color rojo o anaranjado (melocotón, mango, naranjas, etc).
• Vitamina C, cubriremos su aporte introduciendo 3 piezas de fruta al día.
• Vitamina E, sus beneficios los encontramos en el aceite de girasol, las almendras, las avellanas, el aguacate y los espárragos verdes.
• Selenio: la carne, el pescado, los huevos, el marisco, los cereales integrales y las legumbres, nos aportan la cantidad de selenio que necesita nuestro cuerpo.
• Quercetina: el té verde, la avena y las espinacas, son algunos de los alimentos que mayor concentración de quercetina, nos pueden aportar.
• Consume grasas de buena calidad: mientras que un consumo elevado de grasas saturadas tiene un efecto negativo sobre tu flora intestinal, el consumo de grasas de la familia omega-3 y omega-6 se ha relacionado con un buen equilibrio de tu flora intestinal.
Las grasas omega-3 las encuentras en alimentos de origen animal, pescado y marisco y en las nueces, la soja y las semillas de lino. Por otro lado, las grasas omega-6 están en alimentos vegetales como las legumbres y los frutos secos. Los probióticos con bifidobacterias se están investigando como ayuda complementaria para disminuir la disbiosis intestinal debida a una alimentación alta en grasas de origen animal.