Los carbohidratos constituyen una fuente de energía importante. En las dietas equilibradas deberían suponer un 50-55 % del total de nutrientes consumidos. Una dieta baja en carbohidratos se caracteriza por la reducción en la ingesta de hidratos de carbono. Puede llegar a limitarse hasta el 25%.
La gente suele seguir dietas bajas en carbohidratos con el objetivo de adelgazar. Este tipo de alimentación se caracteriza por una reducción del consumo de carbohidratos que permita tener un déficit calórico.
prescindir de los carbohidratos no provocará una pérdida de peso automática. Para perder peso es necesario entrar en un déficit calórico de entre 300 y 500 calorías, independientemente de los macronutrientes de los que nos podamos privar.
Este tipo de régimen alimenticio existe desde principios de la década de los noventa, cuando se descubrió que tenía eficacia en el manejo de la epilepsia en niños. Recientemente, estas dietas han ganado popularidad para el manejo de la obesidad, la diabetes tipo 2 y los factores de riesgo cardiovascular en personas con sobrepeso.
PERSONAS A LAS QUE NO SE LES RECOMIENDA UNA DIETA BAJA EN CARBOHIDRATOS
Este régimen es aconsejable, siempre que sea bajo supervisión médica, para personas que padecen obesidad diabetes tipo 2 o que sufren factores de riesgo cardiovascular como colesterol, hemoglobina glicosilada y triglicéridos elevados asociados al sobrepeso.
En el ámbito de la nutrición deportiva, “las personas que hacen actividad física de manera regular o buscan ganar masa muscular, el hecho de reducir o restringir los hidratos de carbono puede dificultar el rendimiento a medio o largo plazo, así como la progresión en su deporte”.
Se desaconseja que las mujeres embarazadas sigan este tipo de dietas, por el riesgo potencial de contribuir a los déficits cognitivos o funcionales del niño. Los cuerpos cetónicos atraviesan la placenta durante el embarazo y alcanzan los mismos niveles de la circulación materna. Dado que el feto depende de un suministro constante de glucosa y aminoácidos para apoyar el crecimiento, no está claro cómo los niveles altos de cetonas pueden afectar el desarrollo normal del cerebro, pero se intuye que debe ser altamente peligroso.
Entre los efectos adversos frecuentes de este tipo de dietas se encuentran náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea, debilidad general, calambres musculares. La adherencia a la dieta es prácticamente insostenible más de los dos o tres meses, mientras que una dieta baja en grasas puede convertirse en un nuevo estilo de alimentación”.
EN CONCLUSIÓN
Los clásicos ejemplos de alimentos bajos en carbohidratos son la leche y los productos lácteos, la carne, el pescado y los huevos, vamos lo que viene siendo los que son altos en proteínas. En este tipo de dieta, el pan, el arroz, la pasta son alimentos que estarán más limitado su consumo, pero tampoco deberían de eliminarse del todo. Aunque ya sabemos que, ningún alimento es imprescindible, si no tienes ninguna alergia o intolerancia, no deberías de eliminarlos radicalmente de tu dieta, aunque si adaptar su consumo a tu nivel de actividad física.
Es difícil ofrecer una respuesta categórica sobre si las frutas y verduras contienen carbohidratos, pero la mayoría de veces dicha respuesta suele ser que sí. Un dato orientativo al respecto suele ser la cantidad de agua que contiene el alimento en cuestión: cuanta más alto sea el contenido en agua, menor será la cantidad de carbohidratos.
Poco importa que comas carbohidratos o no: si quieres perder peso, necesitarás crear un déficit calórico. Y siempre ponte en manos de un especialista.