Los grandes cambios empiezan con pequeños gestos. Muchas veces no sabemos que podemos hacer para ayudar al planeta, pero es mucho más sencillo y lo tenemos más «a mano» de lo que pensamos.
Un gran comienzo sería empezar por no desaprovechar comida en casa. Y es más sencillo de lo que crees.
Unas sencillas pautas pueden hacer que el desperdicio alimentario sea mucho menor, ¿quieres saber cuales son?
Allá vamos:
– Saca partido de los alimentos maduros.
-Fruta, las opciones más sencillas son hacer batidos y mermeladas, con la ventaja de que al estar el alimento maduro, no necesitarás endulzar ni con azúcar ni edulcorante, MUCHO MÁS SANO.
-Verdura, si el cajón de la nevera es el último sitio en que buscas…las verduras terminarán cogiendo un color y aspecto poco apetecible, pero no te preocupes, siguen estando en perfecto estado para hacer, purés, cremas, pisto, incluso algún paté vegano como podría ser un delicioso baba ganoush.
– Reinventa tus recetas, saca tu lado más cocinillas a pasear…
– Legumbres, debemos de dejar de verlas solo para los platos de cuchara de siempre…, tienen mucha más vida de lo que nos han enseñado nuestras abuelos o nuestros padres.
Desde hacer unas clásicas lentejas con arroz, hasta añadir a unos garbanzos que nos hayan sobrado, un huevo escalfado, ya el plato pinta diferente, ¿a que si?.
No podemos olvidarnos del riquísimo humus o utilizarlas para dar otro color y valor nutricional a nuestras ensaladas. Atreveros a probar, y ya me contaréis ya…
– Pescado, no podemos olvidarnos del pescado, cuando nos ha sobrado pescado de la noche anterior, podemos aprovecharlo para hacer unas ricas croquetas, buñuelos o una deliciosa tortilla.., las opciones son infinitas.
– Carne, con la carne, tres cuartas de lo mismo, podemos hacer un buen caldo que lo podemos dejar para usarlo en cualquier arroz (gran recurso), unas ricas empanadillas, una pizza, o unas deliciosas albóndigas.
Si tienes masa de hojaldre que te sobra, puedes hacer unas mini tartaletas y rellenarlas con tomate atún y mozzarella, fácil y delicioso.
Si te sobran vegetales y en ese momento no sabes que hacer, no te compliques, mételos en cubiteras, y al congelador. Los puedes sacar en el momento que los necesites para hacer tus caldos, sin necesidad de recurrir a las pastillas de caldo de verduras/carne, que su contenido en sal y aditivos poco recomendables, no son nada interesantes para nuestros cuerpitos.
Un gran comienzo sería empezar por no desaprovechar comida en casa. Y es más sencillo de lo que crees.
Unas sencillas pautas pueden hacer que el desperdicio alimentario sea mucho menor, ¿quieres saber cuales son?
Allá vamos:
– Saca partido de los alimentos maduros.
-Fruta, las opciones más sencillas son hacer batidos y mermeladas, con la ventaja de que al estar el alimento maduro, no necesitarás endulzar ni con azúcar ni edulcorante, MUCHO MÁS SANO.
-Verdura, si el cajón de la nevera es el último sitio en que buscas…las verduras terminarán cogiendo un color y aspecto poco apetecible, pero no te preocupes, siguen estando en perfecto estado para hacer, purés, cremas, pisto, incluso algún paté vegano como podría ser un delicioso baba ganoush.
– Reinventa tus recetas, saca tu lado más cocinillas a pasear…
– Legumbres, debemos de dejar de verlas solo para los platos de cuchara de siempre…, tienen mucha más vida de lo que nos han enseñado nuestras abuelos o nuestros padres.
Desde hacer unas clásicas lentejas con arroz, hasta añadir a unos garbanzos que nos hayan sobrado, un huevo escalfado, ya el plato pinta diferente, ¿a que si?.
No podemos olvidarnos del riquísimo humus o utilizarlas para dar otro color y valor nutricional a nuestras ensaladas. Atreveros a probar, y ya me contaréis ya…
– Pescado, no podemos olvidarnos del pescado, cuando nos ha sobrado pescado de la noche anterior, podemos aprovecharlo para hacer unas ricas croquetas, buñuelos o una deliciosa tortilla.., las opciones son infinitas.
– Carne, con la carne, tres cuartas de lo mismo, podemos hacer un buen caldo que lo podemos dejar para usarlo en cualquier arroz (gran recurso), unas ricas empanadillas, una pizza, o unas deliciosas albóndigas.
Si tienes masa de hojaldre que te sobra, puedes hacer unas mini tartaletas y rellenarlas con tomate atún y mozzarella, fácil y delicioso.
Si te sobran vegetales y en ese momento no sabes que hacer, no te compliques, mételos en cubiteras, y al congelador. Los puedes sacar en el momento que los necesites para hacer tus caldos, sin necesidad de recurrir a las pastillas de caldo de verduras/carne, que su contenido en sal y aditivos poco recomendables, no son nada interesantes para nuestros cuerpitos.