¿Qué es y para que sirve la L-Arginina?

La L-arginina es un aminoácido que se encuentra en muchos alimentos, que se comercializa en forma de suplemento y al que se le atribuyen varias propiedades saludable.

La L-arginina es uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas del cuerpo humano, y su papel resulta esencial para multitud de funciones de nuestro organismo, ya que actúa como vasodilatador, favorece la producción de linfocitos, aumenta el rendimiento y el deseo sexual.

Este aminoácido se encuentra en muchos alimentos, desde pescados, carnes, frutas y verduras. También se comercializa en forma de suplemento, ya que ayuda al músculo a recuperarse en poco tiempo del esfuerzo físico, por lo que muchos deportistas recurren a esta sustancia en sus sesiones de entrenamiento.

Aunque en algunos casos hay que actuar con prudencia.

 

¿Qué es y para qué sirve la L-arginina?

Se trata de un aminoácido condicionalmente esencial que produce el propio organismo y que forma parte de nuestras proteínas. La L-arginina, además, se encuentra de forma natural en determinados alimentos,  pescados (atún, langosta, cangrejo, sardinas, calamares, entre otros), como en frutos secos (almendras, pistachos, nueces, avellanas, anacardos), carne (ternera, cerdo, pollo, pavo), chocolate, soja, lentejas, huevos, frutas (sandía, uvas, kiwi, fresas, aguacate) y verduras (espinacas, puerro, cebolla, champiñones, pimiento, ajo).

La L-arginina también se comercializa como suplemento alimenticio y su función principal es la de ser un precursor del óxido nítrico, por lo que favorece la vasodilatación y hace que la sangre transporte mayor cantidad de nutrientes y de oxígeno. Por ese motivo, se utiliza en determinados deportes como el culturismo (es suficiente con consumir entre tres y cinco gramos diarios, siempre bajo supervisión médica).

Este aminoácido interviene en el metabolismo de la hormona del crecimiento, y en la función muscular y cardiovascular. Asimismo interviene en la función inmune y aumenta la producción de linfocitos (glóbulos bancos), por lo que ayuda a combatir infecciones y lesiones.

 

Beneficios y propiedades de la L-arginina.

La L-arginina es una sustancia clave para el buen funcionamiento de nuestro organismo y aporta una serie de beneficios, muchos de ellos relacionados con su función como vasodilatador.

En dosis altas, parece aliviar los síntomas de la angina de pecho. También tiene efectos positivos en personas sanas que padecen una presión arterial ligeramente elevada.

Están probadas las propiedades sexuales de la L-arginina, ya que mejora la función sexual y la fertilidad. En el hombre, aumenta la cantidad y la motilidad de los espermatozoides y aporta más testosterona. En la mujer incrementa la funcionalidad del óvulo y el deseo sexual.

Favorece la producción de hormonas del crecimiento.

Ayuda a frenar la pérdida de memoria vinculada con la edad gracias a su acción «antiaging».


Disminuye el riesgo de infecciones
, mejora la cicatrización y acorta el tiempo de recuperación después de una operación quirúrgica.


Favorece el desarrollo de la masa muscular y la recuperación al practicar deporte, pues elimina el amoniaco del tejido de los músculos después del esfuerzo, convertido en urea, a través de la orina. También ayuda a reducir los niveles de grasa corporal.


Mejora la respuesta a la insulina y la función circulatoria de las personas diabéticas.


Fortalece el cabello y previene su caída
.

 

Pero todo tiene su cara B….

Efectos secundarios de la arginina


El consumo de L-arginina es seguro y su ingesta no está asociada a efectos secundarios graves, aunque de manera muy ocasional puede provocar dolor e hinchazón abdominal, náuseas, diarrea, dolor de cabeza y sensación de debilidad. También puede empeorar los síntomas del asma, debido a la inflamación de las vías respiratorias, además de provocar ataques de gota.

La L-arginina no está recomendada bajo ningún concepto a personas que han padecido problemas cardiacos.

Quienes hayan tenido un herpes labial o genital también deben extremar las precauciones, pues un consumo excesivo puede favorecer el desarrollo del virus. En caso de haber padecido una insuficiencia hepática o renal, debe consultarse siempre con el médico, al igual que las personas hipotensas, niños y mujeres embarazadas.

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