Como todos sabemos la gota es la inflamación producida en ciertas articulaciones por la subida exagerada del ácido úrico.
Lo normal es que nuestro cuerpo sea capaz de eliminar el ácido úrico de manera natural, por los riñones.
Las posibles causas pueden ser las siguientes:
- Exceso de alimentos ricos en purinas en nuestra alimentación.
- El riñón no es capaz de eliminar el exceso.
Normalmente la padecen personas adultas a partir de 40 años. Los hombres son los que más la padecen, de hecho sólo un 25% de los pacientes son mujeres, y la gran mayoría la sufren en la menopausia.
SINTOMAS Y DIAGNOSTICO.
Los síntomas más frecuentes que nos pueden indicar que el paciente sufre gota son:
- Aparición de dolor en alguna articulación del pie. Este dolor aparece de forma repentina. Los pacientes suelen decir frases como “me acosté bien y me he levantado sin poder caminar”, “el roce de la sábana me molesta”
- El dolor aumenta por la noche. El dolor siempre suele ser mayor por la noche puesto que las articulaciones, al estar en reposo, están a menor temperatura.
- La zona afectada tiene una apariciencia inusual. La zona suele estar caliente, enrojecida, en ocasiones inflamada y con falta de movilidad, rígida.
Además de lo síntomas expuestos anteriormente, el especialista realiza varias pruebas de diagnóstico como una analítica para comprobar los niveles de ácido úrico en sangre. No obstante, cabe comentar que, en muchas ocasiones, cuando existe un ataque de gota, los niveles en sangre están bien. Por ello, el experto quizá tomará una muestra del líquido de alguna de las zonas afectadas para verificar en el laboratorio si contiene cristales de ácido úrico.
CAUSAS
Algunas de las patologías que puede padecer el paciente, junto con ciertos hábitos, incrementan el riesgo de sufrir esta dolencia. Por ello, hay factores que aumentan el riesgo de padecer gota ya que elevan el nivel de ácido úrico. Estos son algunos de ellos:
- Hipertensión arterial.
- Beber alcohol.
- Insuficiencia renal, los riñones no eliminan bien los desechos.
- Ingerir alimentos ricos en purinas, ya que esta sustancia al descomponerse se convierte en ácido úrico.
- Tener familiares con esta enfermedad, es decir, el factor genético influye.
- Padecer hipotiroidismo o la glándula tiroides con baja actividad.
- Sufrir algún problema médico que haga que las células se reproduzcan o se eliminen más rápido de lo habitual como puede ser la psoriasis, la anemia hemolítica o algún cáncer.
- Tomar medicamentos diuréticos por hipertensión arterial o problemas coronarios.
- Obesidad y sobrepeso.
CONSEJOS PARA EVITAR LA GOTA.
El tratamiento se puede basar en medicamentos de diferente índole y consiste en reducir el dolor de los ataques de gota, ayudar a prevenir y evitar el daño irreversible en las articulaciones. El objetivo es disminuir los niveles de ácido úrico en la sangre, y para ello te dejamos una serie de recomendaciones:
– Realizar un diagnóstico temprano. Para ello hay que acudir al especialista para pautar el tratamiento adecuado, ya que pueden existir, como hemos dicho, daños colaterales a nivel renal y/o coronario, existiendo más posibilidades de padecer problemas vasculares que puedan afectar al corazón y al cerebro.
– Cuidar la alimentación y estilo de vida evitando el sedentarismo. Es importante tener una alimentación baja en purinas y reducida en sal para evitar que el riñón trabaje en exceso.
ALIMENTOS A EVITAR Y LOS QUE DEBEMOS INCLUIR EN NUESTRA DIETA.
Hay que evitar comer:
- Alimentos ricos en purinas como carne roja, embutidos, vísceras, pescado azul, marisco o queso curado.
- Verduras como el tomate, los espárragos, las espinacas y el pimiento.
- Alcohol (incluida la cerveza) y bebidas azucaradas.
Es positivo comer:
- Frutas como cerezas, plátano, manzana, limón y naranja.
- Verduras que contengan apigenina como son el apio, la cebolla o el ajo, entre otros. También contienen esta sustancia algunas plantas medicinales como las manzanilla, cola de caballo o tomillo por lo que se aconseja tomar estas infusiones.
- Beber abundante agua.
EN RESUMEN…
Seguir estos consejos ayudará al paciente a evitar, en la medida de lo posible, la gota. No obstante, hay que tener ciertos datos en cuenta a la hora de hablar sobre este problema:
- Por lo general, un ataque de gota suele mejorar en un periodo de 5 a 10 días.
- Las personas que han padecido gota en otras ocasiones es muy posible que vuelvan a tener al cabo de unos meses o años. Además, estos ataques repetidos pueden durar más tiempo y ocurrir más a menudo.
- Si no se trata, es muy probable que la gota avance y produzca un dolor permanente en las articulaciones, pudiendo dañar los riñones.